domingo, 10 de abril de 2011

GAUDEAMUS CAFE Tribulete 14 (915282594)

La deformacíón profesional me obliga a referirme primero al sitio donde está este café: el edificio de las antiguas escuela pías, hoy sede de la UNED. Es un antiguo edificio de los escolapios que quedó en ruinas tras la Guerra Civil y fue rehabilitado en los noventa como sede de la Universidad a distancia.Se han conservado todos los muros de ladrillo mientras que el interior es totalmente nuevo. Por eso no resulta fácil encontrar el acceso ya que en realidad, estás entrando a un edificio universitario.


Pero una vez dentro te encuentras con una escalera preciosa que sube hasta la cuarta planta, donde se encuentra la "cafetería". Aconsejo aprovechar esta época casi veraniega para ir a su terraza, dividida en dos, la primera parte sólo para tomar algo, y la segunda, donde se encuentra el restaurante.


Desde la terraza se puede ver parte del barrio de Lavapiés, y hasta una corrala. Este paisaje tan inusual, para los que no nos movemos mucho por el centro, convierte la experiencia en algo mucho más rico que sólo la comida:

Pero vayamos a ello: tenemos dos opciones: o inventamos una excusa para celebrar con el menú de 26 euros persona o nos atenemos a tres platos de la carta para no superar los veinte euros.

Confieso que a pesar de no tener nada concreto que celebrar, probé el menú, que además incluye una botella de lambrusco.Vienen cinco raciones de entre las que tengo que destacar: el taboulé, fresquito para el verano, las berenjenas y calabacines al estilo Gaudeamus, muy ricas con un toque de miel, el provolone con salsa de yogur...En realidad todo estaba buenísimo, también los huevos rotos y el pastel de espinacas. El menú no incluía croquetas pero unas que vi por ahí tenían muy buena pinta.




En cuanto a los postres, tenían mejor pinta los de fuera de menú la verdad, los nuestros eran bastante normalitos. Pero a pesar de esto, me gustó mucho la comida.



Hay un pero, no obstante: tienen turnos de comida así que el primero va de 20.30 a 22 y el segundo de 22 a 23.30, lo cual es algo que no me gusta nada en los restaurantes. Ahora, podéis tener suerte como nosotros, que no pensabámos cenar ahí, pero como se canceló una mesa a las 21 pudimos cenar estupendamente.



Nada más, sólo repetir que vale la pena adentrarse en esta zona de Madrid para conocer este sitio y además, dar un paseo por la zona.

1 comentario:

  1. yo suscribo lo ya dicho por esta inspiradísima bloggera y añado que el mojito es razón suficiente para ir. huele a menta fresca nada más entrar en el restaurante.

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